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miércoles, 17 de agosto de 2011

4.‭ ‬SERMÓN EN PARÁBOLAS

4.‭ ‬SERMÓN EN PARÁBOLAS
(Marcos‭ ‬4:1-24‭)

Parábola del sembrador
(Mateo‭ ‬13.1‭–‬23‭; ‬Lucas‭ ‬8.4‭–‬15‭)

4‭

1 Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar.‭ ‬Y se reunió alrededor de él tanta gente,‭ ‬que subió a una barca que estaba en el mar,‭ ‬y se sentó‭; ‬mientras,‭ ‬la gente se quedaba en la orilla.
2 Entonces les‭ ‬enseñaba por medio de parábolas muchas cosas.‭ ‬Les decía en su enseñanza:
3‭—‬Oíd:‭ ‬El sembrador salió a sembrar‭;
4y,‭ ‬al sembrar,‭ ‬aconteció que‭ ‬una parte cayó junto al camino,‭ ‬y vinieron las aves del cielo y se la comieron.
5Otra parte‭ ‬cayó en pedregales,‭ ‬donde no había mucha tierra,‭ ‬y brotó pronto,‭ ‬porque la tierra no era profunda‭;
6pero cuando salió el sol se quemó,‭ ‬y como no tenía raíz,‭ ‬se secó.
7Otra parte‭ ‬cayó entre espinos‭; ‬y los espinos crecieron y la ahogaron,‭ ‬y no dio fruto.
8Pero otra parte‭ ‬cayó en buena tierra,‭ ‬y dio fruto,‭ ‬pues brotó,‭ ‬creció y produjo a treinta,‭ ‬a sesenta y a ciento por uno.
9Entonces añadió:
‭—‬El que tiene oídos para oír,‭ ‬oiga.

Propósito de las parábolas
(Mateo‭ ‬13.10‭–‬17‭; ‬Lucas‭ ‬8.9‭–‬10‭)

10Cuando quedó solo,‭ ‬los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola.
11Y les dijo:
‭—‬A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios‭; ‬pero a los que están fuera,‭ ‬por parábolas todas las cosas,
12para que‭ ‬viendo,‭ ‬vean y no perciban‭; ‬y‭ ‬oyendo,‭ ‬oigan y no entiendan‭; ‬para que no se conviertan y les sean perdonados los pecados.

Jesús explica la parábola del sembrador
(Mateo‭ ‬13.18‭–‬23‭; ‬Lucas‭ ‬8.11‭–‬15‭)

13Y les dijo:
‭—¿‬No entendéis esta parábola‭? ¿‬Cómo,‭ ‬pues,‭ ‬entenderéis todas las parábolas‭?
14El‭ ‬sembrador es el que siembra la palabra.
15Los de‭ ‬junto al camino son aquellos en quienes se siembra la palabra,‭ ‬pero‭ ‬después que la oyen viene Satanás y quita la palabra que se sembró en sus corazones.
16De igual modo,‭ ‬los que fueron‭ ‬sembrados en pedregales son los que,‭ ‬al oír la palabra,‭ ‬al momento la reciben con gozo‭;
17pero‭ ‬no tienen raíz en sí y no se mantienen firmes‭; ‬por eso,‭ ‬cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra,‭ ‬tropiezan.
18Los que‭ ‬fueron sembrados entre espinos son los que oyen la palabra,
‭ ‬19pero los afanes de este siglo,‭ ‬el‭ ‬engaño de las riquezas y las‭ ‬codicias de otras cosas,‭ ‬entran y ahogan la palabra,‭ ‬y‭ ‬la hacen infructuosa.
20Y los que fueron sembrados en buena tierra son los que oyen la palabra,‭ ‬la reciben y dan fruto a treinta,‭ ‬a sesenta y a ciento por uno.

Nada oculto que no haya de ser manifestado
(Lucas‭ ‬8.16‭–‬18‭)

21También les dijo:
‭—¿‬Acaso se trae la luz para ponerla debajo de una vasija o debajo de la cama‭? ¿‬No es para ponerla en el candelero‭?
22Pues bien,‭ ‬nada hay oculto que no haya de ser manifestado,‭ ‬ni escondido que no haya de salir a luz.
23Si alguno tiene oídos para oír,‭ ‬oiga.
24Les dijo también:
‭—‬Prestad atención a lo que oís,‭ ‬porque con la medida con que medís,‭ ‬os será medido,‭ ‬y aun se os añadirá a vosotros los que oís,
25porque al que tiene,‭ ‬se le dará‭; ‬pero al que no tiene,‭ ‬aun lo que tiene se le quitará.

jueves, 10 de julio de 2008

LA PARÁBOLA DE LAS DIEZ VÍRGENES

LAS PARÁBOLAS DE JESÚS

PROPÓSITO DE LAS PARÁBOLAS
(Marcos 4.10–12; Lucas 8:9–10)

10 Entonces, acercándose los discípulos, le preguntaron:
—¿Por qué les hablas por parábolas?
11 Él, respondiendo, les dijo:
—Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado,
12 pues a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
»“De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis,
15 porque el corazón de este pueblo se ha entorpecido, y con los oídos oyen pesadamente,
y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, ni oigan con los oídos,
ni con el corazón entiendan, ni se conviertan y yo los sane”.
16 »Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
17 De cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Mateo 13:10-16.

LA PARÁBOLA DE LAS DIEZ VÍRGENES
Mateo 25:1–13.

1»Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que, tomando sus lámparas, salieron a recibir al novio.
2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
4 pero las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
5 Como el novio tardaba, cabecearon todas y se durmieron.
6 Y a la medianoche se oyó un clamor: “¡Aquí viene el novio, salid a recibirlo!”
7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus lámparas.
8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, porque nuestras lámparas se apagan”.
9 Pero las prudentes respondieron diciendo: “Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden y comprad para vosotras mismas”.
10 Pero mientras ellas iban a comprar, llegó el novio; y las que estaban preparadas entraron con él a la boda, y se cerró la puerta.
11 Después llegaron también las otras vírgenes, diciendo: “¡Señor, señor, ábrenos!”.
12 Pero él, respondiendo, dijo: “De cierto os digo que no os conozco”.
13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir.

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Marcos 12:31)
Que Dios te bendiga.
Un abrazo
Tu Amigo: Carlos F.

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LA PARÁBOLA DE LO LABRADORES MALVADOS

LAS PARÁBOLAS DE JESÚS

PROPÓSITO DE LAS PARÁBOLAS
(Marcos 4.10–12; Lucas 8:9–10)

10 Entonces, acercándose los discípulos, le preguntaron:
—¿Por qué les hablas por parábolas?
11 Él, respondiendo, les dijo:
—Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado,
12 pues a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
»“De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis,
15 porque el corazón de este pueblo se ha entorpecido, y con los oídos oyen pesadamente,
y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, ni oigan con los oídos,
ni con el corazón entiendan, ni se conviertan y yo los sane”.
16 »Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
17 De cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Mateo 13:10-16.

LA PARÁBOLA DE LO LABRADORES MALVADOS
Mateo 21.33–46; Marcos 12.1–12; Lucas 20.9–19.

33 »Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores y se fue lejos.
34 Cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para que recibieran sus frutos.
35 Pero los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron y a otro apedrearon.
36 Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos lo mismo.
37 Finalmente les envió su hijo, diciendo: “Tendrán respeto a mi hijo”.
38 Pero los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: “Este es el heredero; venid, matémoslo y apoderémonos de su heredad”.
39 Y tomándolo, lo echaron fuera de la viña y lo mataron.
40 Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?
41Le dijeron:
—A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores que le paguen el fruto a su tiempo.
42 Jesús les preguntó:
—¿Nunca leísteis en las Escrituras:
»“La piedra que desecharon los edificadores
ha venido a ser cabeza del ángulo.
El Señor ha hecho esto,
y es cosa maravillosa a nuestros ojos?”.
43 »Por tanto, os digo que el reino de Dios será quitado de vosotros y será dado a gente que produzca los frutos de él.
44El que caiga sobre esta piedra será quebrantado, y sobre quien ella caiga será desmenuzado.
45 Al oir sus parábolas, los principales sacerdotes y los fariseos entendieron que hablaba de ellos.
46 Pero al buscar cómo echarle mano, temían al pueblo, porque este lo tenía por profeta.
Mateo 21.33–46

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Un abrazo
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LA PARÁBOLA DE LOS DOS DEUDORES.

LAS PARÁBOLAS DE JESÚS

PROPÓSITO DE LAS PARÁBOLAS
(Marcos 4.10–12; Lucas 8:9–10)

10 Entonces, acercándose los discípulos, le preguntaron:
—¿Por qué les hablas por parábolas?
11 Él, respondiendo, les dijo:
—Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado,
12 pues a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
»“De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis,
15 porque el corazón de este pueblo se ha entorpecido, y con los oídos oyen pesadamente,
y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, ni oigan con los oídos,
ni con el corazón entiendan, ni se conviertan y yo los sane”.
16 »Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
17 De cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Mateo 13:10-16.

LA PARÁBOLA DE LOS DOS DEUDORES.
Lucas 7:41–43.

36 Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiera con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa.
37 Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
38 y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los secaba con sus cabellos; y besaba sus pies y los ungía con el perfume.
39 Cuando vio esto el fariseo que lo había convidado, dijo para sí: «Si este fuera profeta, conocería quién y qué clase de mujer es la que lo toca, porque es pecadora».
40 Entonces, respondiendo Jesús, le dijo:
—Simón, una cosa tengo que decirte.
Y él le dijo:
—Di, Maestro.
41 —Un acreedor tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios y el otro, cincuenta.
42 No teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues, ¿cuál de ellos lo amará más?
43 Respondiendo Simón, dijo:
—Pienso que aquel a quien perdonó más.
Él le dijo:
—Rectamente has juzgado.
44 Entonces, mirando a la mujer, dijo a Simón:
—¿Ves esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para mis pies; pero ella ha regado mis pies con lágrimas y los ha secado con sus cabellos.
45 No me diste beso; pero ella, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies.
46 No ungiste mi cabeza con aceite; pero ella ha ungido con perfume mis pies.
47 Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; pero aquel a quien se le perdona poco, poco ama.
48 Y a ella le dijo:
—Tus pecados te son perdonados.
49Los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí:
—¿Quién es este, que también perdona pecados?
50 Pero él dijo a la mujer:
—Tu fe te ha salvado; ve en paz.

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LA PARÁBOLA DE LOS NIÑOS QUE JUEGAN

LAS PARÁBOLAS DE JESÚS

PROPÓSITO DE LAS PARÁBOLAS
(Marcos 4.10–12; Lucas 8:9–10)

10 Entonces, acercándose los discípulos, le preguntaron:
—¿Por qué les hablas por parábolas?
11 Él, respondiendo, les dijo:
—Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado,
12 pues a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
»“De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis,
15 porque el corazón de este pueblo se ha entorpecido, y con los oídos oyen pesadamente,
y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, ni oigan con los oídos,
ni con el corazón entiendan, ni se conviertan y yo los sane”.
16 »Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
17 De cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Mateo 13:10-16.

LA PARÁBOLA DE LOS NIÑOS QUE JUEGAN
Mateo 11.16–19; Lucas 7.31–35.

31¿A qué, pues, compararé a los hombres de esta generación? ¿A qué son semejantes?
32 Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que se gritan unos a otros y dicen: “Os tocamos flauta, y no bailasteis; os entonamos canciones de duelo y no llorasteis”.
33 Vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: “Demonio tiene”.
34 Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y decís: “Este es un hombre comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores”.
35 Pero la sabiduría es justificada por todos sus hijos.

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LA PARÁBOLA DE LOS OBREROS DE LA VIÑA

LAS PARÁBOLAS DE JESÚS

PROPÓSITO DE LAS PARÁBOLAS
(Marcos 4.10–12; Lucas 8:9–10)

10 Entonces, acercándose los discípulos, le preguntaron:
—¿Por qué les hablas por parábolas?
11 Él, respondiendo, les dijo:
—Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado,
12 pues a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
»“De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis,
15 porque el corazón de este pueblo se ha entorpecido, y con los oídos oyen pesadamente,
y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, ni oigan con los oídos,
ni con el corazón entiendan, ni se conviertan y yo los sane”.
16 »Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
17 De cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Mateo 13:10-16.

LA PARÁBOLA DE LOS OBREROS DE LA VIÑA
Mateo 20:1–16.

1 »El reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña.
2 Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
3 Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados
4 y les dijo: “Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo”. Y ellos fueron.
5 Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo.
6 Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados y les dijo: “¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?”.
7 Le dijeron: “Porque nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo”.
8 »Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: “Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los últimos hasta los primeros”.
9 Llegaron los que habían ido cerca de la hora undécima y recibieron cada uno un denario.
10 Al llegar también los primeros, pensaron que habían de recibir más, pero también ellos recibieron cada uno un denario.
11 Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia,
12 diciendo: “Estos últimos han trabajado una sola hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día”.
13 Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No conviniste conmigo en un denario?
14 Toma lo que es tuyo y vete; pero quiero dar a este último lo mismo que a ti.
15 ¿No me está permitido hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?”.
16 Así, los primeros serán últimos y los últimos, primeros, porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.

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sábado, 28 de junio de 2008

LA PARÁBOLA DE LOS SIERVOS QUE VELAN

LAS PARÁBOLAS DE JESÚS

PROPÓSITO DE LAS PARÁBOLAS

(Marcos 4.10–12; Lucas 8:9–10)

10 Entonces, acercándose los discípulos, le preguntaron:
—¿Por qué les hablas por parábolas?
11 Él, respondiendo, les dijo:
—Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no les es dado,
12 pues a cualquiera que tiene, se le dará y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado.
13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo:
»“De oído oiréis, y no entenderéis; y viendo veréis, y no percibiréis,
15 porque el corazón de este pueblo se ha entorpecido, y con los oídos oyen pesadamente,
y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, ni oigan con los oídos,
ni con el corazón entiendan, ni se conviertan y yo los sane”.
16 »Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.
17 De cierto os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
Mateo 13:10-16.

LA PARÁBOLA DE LOS SIERVOS QUE VELAN
Marcos 13:33–37; Lucas 12:35–38.

32 Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
33 Mirad, velad y orad, porque no sabéis cuándo será el tiempo.
34 Es como el hombre que, yéndose lejos, dejó su casa, dio autoridad a sus siervos, a cada uno le dio un trabajo y al portero mandó que velara.
35 Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el señor de la casa; si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la mañana;
36 para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo.
37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!

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